4ta/4 Ley – La teoría del “Yo por ejemplo”

Recuerdo que durante mi primer año como Boy Scouts (habré tenido unos 14 años), no pude ir a un campamento, y me molestaba tanto que toda mi tropa tenía experiencia que contar, pero yo sin embargo nada. En ese momento había decidido que nunca me perdería ninguna experiencia, que iba a ir a todos lados con tal de tener muchas historias que contar.

Y así fue, me iba a cualquier jagua carrera hape, y siempre tenía un montón de experiencias que relatar, ya cuando llegué a los 17 años, era el momento de hacer el servicio militar que para ese momento ya no era obligatorio y podías ser Objetor de Conciencia, pero fui porque quería saber la experiencia de ir a tener una formación en la milicia.

Bien, ya a mis veinti y trece pirulos, cuando daba clases, recuerdo que siempre tenía una experiencia que compartir, planteaba como debían enfrentar la conquistas de sus sueños y después arrancaba con el “Yo por ejemplo, cuando tenía la edad de ustedes….” Siempre tenía muchas situaciones en la vida que ya las resolví de joven. Me di cuenta que la frase que habíamos aprendido en el ejército (Nunca pidas nada de lo que vos no podés hacer), era una filosofía de vida. Y si vas a pedir mucho, entonces esfuérzate el doble.

O sea que, si vas a pedir un excelente informe se supone que el tuyo es brillante, si vas a exigir competitividad, deberás ser el primero en ser competente, y si vas a pedir puntualidad, obviamente deberás de ser un reloj suizo. Como diríamos en las épocas de Scouts “Se predica con el ejemplo”, y extrañamente como padres, nuestros hijos repiten lo que ven que hacemos, y nunca hacen lo que decimos.

Por ello la teoría del “Yo por ejemplo”, ya les comenté mi locura de no llegar tarde a ningún lado durante un año, me tomó 3 años cumplirlo; y por eso me atrevo a hablar sobre puntualidad, basada en la experiencia que tuve, te guste o no, son tus actos lo que contagia a tu entorno. Si quieres que tu equipo tenga diferentes resultados, entonces empieza dando el ejemplo. Si quieres amabilidad, entonces sé el primero en ser amable, tienes que encontrar la manera de ser el empleado o jefe que te gustaría tener, y en base a esos hechos, tu entorno va a ir mutándose según la energía que proyectes.

Bien repasando tenemos 4 pilares:

1. El máximo esfuerzo en todo.

2. Nunca llegues tarde.

3. Tu cuerpo refleja tus hábitos.

4. La teoría del “Yo por ejemplo”

Claro, estos son los que a mí me ayudaron a ser quien soy hoy en día; tengo un montón de actitudes que debo desarrollar y mejorar todavía, el camino del aprendiz es eterno porque nunca sabemos todo, y siempre estamos aprendiendo algo nuevo. Pero jamás te atrevas a pedir algo que no estás dispuesto a dar. Hoy día “Por ejemplo” yo trabajo los fines de semana, legalmente me tomo medio día nomas, puede que sea sábados de tarde o domingo a la mañana; no le pido a mi equipo que venga a trabajar los fines de semana, pero saben que siempre estoy en esa, y aspiro a ser el jefe que me gustaría tener.

Recuerdo en mis épocas de ordenanza en el BNF, teníamos un gerente, que le encantaba mandarte a la miércoles frente a todos, gritaba tan fuerte como podía para que tanto clientes como empleados escuchemos su enojo, y siempre dije que nunca sería como él si me tocaba alguna vez liderar un equipo.

Una de las ventajas que tiene nuestro cerebro, es que se puede adaptar a las exigencias que le pidamos, tarda unos 100 días aproximadamente en mutar de zona de confort. Y por ello para generar cambios, debemos de tener la disciplina de sostenerlos por ese tiempo. Si queremos convertirnos en una versión nueva, y bueno, debemos de tener la motivación para empezar pero la disciplina para sostenerlo.

Es tan romántico creer que todos los humanos queremos mejorar nuestra versión, pero no es así, hay personas que le chupa un huevo su carácter, y lastimosamente te tocan como compañeros de trabajo, parientes, vecinos, etc., pero esto nos invita a seguir nuestro camino solitario de ir mutándonos a una versión más Pro.

Todos somos personas comunes, nadie es extraordinario. Lo único que nos diferencia, es que hay otras personas con más hambre que la nuestra, y a la larga éstos tienen mejores resultados que nosotros los pasha, que pensamos que el éxito viene de la mano de la “suerte”. Yo no tengo suerte (aunque hubo veces que encontré un poco de plata en la calle), no creo que exista un plan mágico y mucho menos en que hay un Ser Supremo cuyos antojos son mi presente. Como dice la música de Juana la Loca – La vida Modelo: “Yo soy mi destino porque creo en lo que hago”. O sea que tengo tanta confianza en mí, que no tengo miedo de saltar al vacío detrás de una idea que me atormenta en la cabeza, total ya estuve en el fondo del abismo varias veces y sé cómo salir de ese agujero… ¿y saben como??? Sip! Con la puta disciplina y la terquedad de que las cosas se logran con sangre en los ojos.

El camino fácil es aceptar nomas lo que te toca vivir y seguir a donde la corriente te lleve, total “nadie luego cumple sus sueños”, pero como diría Calamaro “Siempre seguí la misma dirección la difícil la que usa el salmón”. Todos queremos llegar al éxito, pero somos muy pocos los que estamos dispuestos a pagar el alto precio del mismo.

Quieres cumplir tus sueños estas son las 3 palabras mágicas: “Trabajar, trabajar y trabajar” y si por ahí no te resulta, entonces repite el ciclo, hasta que el universo entienda que nunca te vas a rendir, y no le va a quedar de otra que torcer la rama y dejar que las cosas fluyan a tu favor.

Y termino con esta hermosa frase que una vez le dije a uno de mis alumnos: “Con la actitud que tienes, estás construyendo o destruyendo tu futuro”; ya que nuestro presente es la suma de las decisiones que hemos tomado en el pasado, y nuestro futuro va a ser el resultado de las decisiones que tomemos en el presente!!

Deja de quejarte, y levántate a conquistar tus sueños!!!

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