Todos estamos rotos.

Hace unos días estaba viendo una película, “El solista” muy buena por cierto, basada en hechos reales, donde narra la historia de un periodista que desarrolla una amistad con un indigente, el mismo tocaba un violín inicialmente. El tema es que este periodista se pregunta cómo es que un talento así, fue a parar a la calle, y el protagonista muere al final, porque se le cae un rayo en la cabeza jajaja!! Mentira, véanla, es muy buena.

En resumen y no contándoles más, el indigente estaba loco; eso me hizo pensar, o mejor dicho me hizo dudar de mi cordura, llegué a la conclusión que medianamente todos lo estamos. Es tan interesante ver como la vida tiene sus etapas, ahora que ya soy un cuarentón, mis mañas cada vez están más a flor de piel, me doy cuenta que somos el resultado de lo que nos tocó vivir.

Es tan interesante como los traumas que tenemos nos van forjando la vida, algunas muchas desilusiones de amor, frustraciones laborales, problemas económicos, nos van convirtiendo hasta lo que somos hoy. Recuerdo allá por el 2015, tenía una materia en la universidad, era los lunes a primera hora, tuve la suerte de estar con los alumnos en el primer día de clases. Les pregunté qué sueños tenían y casi en su totalidad, soñaban con ser un “Excelente Ingeniero/a”, pero no dimensionaban el precio que debían pagar. “De aspirar al ser el mejor Ingeniero del país dejando un legado para las generaciones, a tengo que pasar nomas la materia, si saco un dos ya estoy conforme”

Me hace recordar la inocencia que todos teníamos a los 20, que fuimos perdiendo a los 30 y hoy a los 40, medio que ya nos chupa un huevo. Entonces qué es lo que buscamos para el futuro, esa ilusión de que hay una persona para vos, que alguien te está esperando, vas a tener el trabajo que siempre soñaste, ¿y si estudio otra carrera? y miles de preguntas más que tratando de tener un consuelo a un futuro incierto, buscamos darle un consuelo a nuestro afligido corazón creyendo, que hay una mágica salida a nuestros problemas.

Todos estamos rotos, la verdad que es así; a esta edad, creo que sí, para cada situación ya tenemos una experiencia que contar. Dicen que el periodo de apareamiento humano dura entre 10 a 15 meses, es el periodo donde la pasión esta en desenfreno. Es el momento donde cada uno muestra su mejor cara, o como la intención es conquistar al otro, solo muestra una faceta que la otra persona quiere ver, pero después de esto, ya va saliendo la versión verdadera, pero el problema es que ya te enamoraste durante el proceso. Por algo la mayoría de las relaciones duran en promedio 3 años, 1er año apareamiento desenfrenado, 2do año conocer la otra cara, 3er año tratar de sostener, y de ahí deriva en si cortar para volver a empezar con otra persona o hacer lo que se pueda para sostener la relación.

Todos nos creemos especiales y en verdad lo somos, pero en una relación me atrevo a opinar que se trata de lo que uno da para que funcione y no en esperar que la otra persona te dé todo a cambio de que disfrute solamente de tu “compañía”. Sumado a esto, está el entendimiento que debemos tener entre los dos. Entonces cual es el secreto. Y bueno, “moopio che aikuata” jajaja. Pero me gusta la idea de que no solamente uno acepte al otro, sino que entienda sus frustraciones y dolores.

Las pérdidas emocionales que todos hemos enfrentado o vamos a enfrentar son demasiados complicadas a decir verdad; por algo los psicólogos te dan cita a 3 semanas. Entonces que hacemos? Antes que tratar de entender a otra persona, debemos entendernos a nosotros mismos. Debemos hurgar en nuestros recuerdos que hechos nos marcaron, para poder tratar de analizar nuestro comportamiento en el presente.

Somos el resultado de lo que nos tocó vivir, nos trae a este punto en el cual mirando al futuro podemos decidir qué proyectos vamos a enfrentar, y someternos a ello esperando tener un resultado positivo, a pesar de que casi en un 90% siempre lo único que vamos a tener es frustración tras frustración.

Siempre les digo que hay muchas personas que se van a encargar de convencerte que tus sueños son imposibles, y no le hacen de mala manera, sino que en su momento ellos también se frustraron y se cansaron de luchar.

Todos estamos rotos, tenemos cicatrices muy profundas, pero a pesar de todo y todos; estamos vivos! Teniendo una oportunidad de volver a hacer las cosas de nuevo, de volver a probar ese sueño que tanto anhelamos, de mejorar nuestras imperfecciones. Todos podemos sanar y avanzar. El otro día estaba en una meditación, siempre frustrado porque algunas cosas no me salen y vino a mi mente (para no decir que mi locura me estaba hablando) “Deja que las cosas se acomoden solas”, tipo diciéndome “Eñecalmá” deja de insistir.

Nadie es perfecto y mucho menos nosotros, pero asumir nuestra imperfección es el primer paso para entendernos y por sobre todo aceptarnos, aceptar nuestras limitaciones y por sobre todo al ogro que llevamos dentro.

En verdad todos estamos rotos, pero aprendemos de nuestros errores y podemos siempre construir una mejor versión cada día. En vez de recordar tus heridas una y otra vez, que tal si nos enfocamos en aceptar que son parte de nuestra historia y todas esas batallas que hemos enfrentado, nos hizo la persona que somos hoy.

Un nuevo día siempre es una oportunidad para volver a nacer.

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