Tus ideas, solo valdrán oro el día que dejen de ser ideas y pasen a ser acciones.

Una de las cosas que todos siempre profesamos en todos lados, tanto en lo personal como en el clero, es que todos somos diferentes y que no existe otro como yo por ahí caminando. Esa única e irrepetible posibilidad de ser únicos en el universo, nos permite hacer las cosas de una manera bien personalizada, a medida de nuestro antojo.

Ahora bien, debemos de aprovechar esta oportunidad que nos da el universo para que podamos encontrar el camino en el cual nuestras ideas se trasformen en dinero y esto te permita vivir de ello. Creo que eso se podría resumir como éxito. “Persona exitosa: susodicho que vive de sus ideas), imagínate por un solo momento lo bien que se ha de sentir que las personas paguen por algo que solo originalmente estaba en tu mente.

Por eso es tan importante que cualquier cosa que hagas, lo hagas de la mejor manera, todo aquello que llevará tu nombre, debe de ser sinónimo de tu máximo esfuerzo, y mientras lo sostengas por años, va a llegar el día en el cual tus ideas se transformarán en dinero y tu pasión te permitirá ir desarrollando tu talento y por ende ir mejorando cada vez más.

Cuanto más te esfuerces, más ideas tendrás y mayor será la posibilidad de que estas se conviertan en oro. Imagínate que un día, una persona esté dispuesta a pagar por tus ideas (tu primer cliente), te esfuerzas tanto en lo que haces, que lo único que esperas es que tu cliente salga satisfecho; y luego viene otro, por recomendación del primero, y otro, y otro, y así, llegará un día en el cual ya no tendrás tiempo de ir a trabajar para el sueño de otra persona, porque lo tuyo, demanda toda tu atención. Ese extraño momento en donde te darás cuenta que tu pasión te da el pan de cada día. Solo cuando llegue ese día, que muy probablemente estés lleno de miedos e inseguridades, pero en ese momento es donde podrás vivir de lo que tu mente produzca.

No es un camino fácil y mucho menos sencillo; pero solo aquellas personas que estén dispuestas a capitanear su propio barco, puede que vaya a un hermoso lugar o se estrelle en el proceso, solo ahí podrás tener el sabor a la vida, que a pesar de las tormentas que vendrán, estarás feliz de poder dirigir tu vida y la de otros que se sumarán a tus sueños y serán clave para que puedas ir creciendo, no serán tus empleados, serán tus compañeros que en cada ola que venga, estarán felices remándola para que el barco no se hunda.

Estamos tan acostumbrados o más bien programados para buscar el trabajo seguro que hoy día ya no existe, la única seguridad que puedes tener es el sudor de tu propia frente. No existen atajos a la cima, si la subís corriendo te vas a caer rodando. No hay planes que funcionen con 6 meses de ejecución. Las acciones que realices, en años te darán resultados, por eso más vale que estés feliz disfrutando del proceso de crecimiento, porque si no lo haces, tendrás que trabajar por la pasión de otras personas.

La vida es tan corta para vivir los momentos felices y tan larga para las agonías. Somos dueños de nuestro destino, pero las acciones que realicemos cada día es lo que nos dará la gracia de disfrutar las mieles de un trabajo bien hecho.

Cuando tus ideas se transformen en oro, tendrás la seguridad de que vas por el camino correcto, y una vez que entres a este sendero ya no habrá vuelta atrás, solo tendrás siempre ese pequeño temor de que pudiste no hacerlo, de que pudiste hacerlo fácil, pero podrás mirar con orgullo las cicatrices que te forjaron la piel al abrirte tu propio camino.

Cuando puedas vivir de tus ideas, sabrás que la vida es muy corta para ser felices, y disfrutarás de tu pasión lo cual tendrá como sub producto el dinero, ya que lo principal es hacer lo que tu pasión demanda.

Tus ideas, solo valdrán oro el día que dejen de ser ideas y pasen a ser acciones.

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